Por las cuestiones del día a día y después de 18 años de casados, hemos encontrado una forma muy sabrosa para cambiar la rutina.
De vez en cuando, mi esposa me “rapta” al medio día a un rico restaurante. Muchas veces a conocer alguno nuevo y otras para comer algo que nos gustó o que no habíamos probado.
“Amore, ¿Porqué no me invitas a comer algo rico?
“Verdad que tengo ganas de comer diferente, un chino tal vez, pero todos son iguales, todos tienen la misma comida, al menos aquí en Caracas.”
“Hay uno que no, el Chez Wong”…..
La verdad es que tenía tiempo que no visitaba el sitio, y sigue tan elegante y con el buen servicio de siempre.
Un menú diferente lleno de platos bien distintos a lo que uno está acostumbrado a comer en los restaurantes chinos.
Son famosos por el pato laqueado con su deliciosa salsa de ciruelas y unos entremeses variados donde cada uno es una obra de arte tanto a la vista como al paladar.
Pedimos tres platos para compartir:
- Carne en salsa de mandarinas picante.
- Camarones flambeados.
- Tallarines de arroz con champiñones.
¡La presentación y los platos hermosos! El show del mesonero encendiendo flambeando los camarones realmente vale la pena.
La comida realmente gustosa y preparada a la perfección.
En dueño, el viejo Wong, dando vueltas y vigilando todo. (el ojo del amo engorda al ganado)
¡Un Viva para el Chez Wong en la Castellana!
1 comentario:
cuando vaya a caracas lo visito. Gracias por el dato, pues odio las lumpias, el arrocito triste y roer costillitas.
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